Ingredientes para 4 tartaletas pequeñas:
- 6-8 higos.
- 240 g de queso de cabra.
- 8-10 nueces.
- 4-6 lonchas de jamón ibérico
- 300 g de masa brisa o quebrada.
- Moldes circulares para tartaletas de 10 cm.
Para la masa quebrada (opcional)
- 300 g de harina floja.
- 150 g de mantequilla.
- 1 huevo XL o 1,5 medianos.
- 1/4 cucharadita de sal.
- 1 cucharadita de azúcar.
Preparar la masa para estas tartaletas es bastante sencillo y el resultado merece la pena, pero si no dispones de mucho tiempo para cocinar, esta receta se puede hacer de forma rápida y sencilla con una masa fresca comercial. Necesitaríamos 2 rollos y nos servirían tanto la masa brisa o quebrada como alguna masa para empanadas.
Al final de la receta encontrarás las instrucciones para preparar la masa quebrada por si quieres hacerla tú en casa.
Elaboración
PASO 1
En primer lugar, untamos ligeramente con mantequilla los moldes y los forramos con la masa, presionando suavemente con los dedos hasta que quede bien ajustada a la forma ondulada de las paredes.
Recortamos el exceso de masa pasando un rodillo por el borde y pinchamos el fondo varias veces con un tenedor para evitar que se formen burbujas durante el horneado.
Para que la base de la tarta no se levante o se ondule ponemos un peso encima, lo habitual es cubrir el fondo con papel de horno y rellenarlo con unos garbanzos o judías, como se muestra en la imagen.
Las metemos en el horno, precalentado a 200 ºC, durante 15 minutos.
Retiramos los garbanzos y las seguimos horneando entre 5 y 10 minutos, hasta que la masa tenga un bonito color dorado.
Nota: Dependiendo del tipo de masa y el grosor los tiempos pueden variar ligeramente, pero por el color se ve perfectamente si la masa está bien cocida.
PASO 2
Ponemos las nueces en el cuenco de un mortero y las machacamos con el mazo, pero sin romperlas del todo para que conserven su textura crujiente.
Nota: Si no dispones de un mortero, puedes envolverlas en un paño limpio y golpearlas con un rodillo, una botella o cualquier otro objeto pesado.
PASO 3
A continuación, mezclamos las nueces machacadas con el queso de cabra.
Nota: Añadiremos unas 2 o 2,5 nueces por tartaleta.
PASO 4
Rellenamos las tartaletas con la mezcla de queso y nueces, como se muestra en la imagen.
PASO 5
Cortamos los higos en 8 trozos iguales en forma de gajos.
Los cortamos primero por la mitad y vamos dividiendo cada trozo de nuevo en dos partes hasta obtener 8 porciones.
PASO 6
Precalentamos el horno a 190 ºC.
Montamos las tartaletas, colocando los higos sobre la base de queso de cabra.
A continuación, las introducimos en la bandeja superior del horno, cerca del gratinador, sólo durante 4 o 5 minutos para servirlas templadas y gratinar ligeramente los higos.
Al sacarlas del horno, distribuimos por encima el jamón ibérico cortado en trozos pequeños, aproximadamente 1 loncha por tartaleta.
¡Buen provecho!
En primer lugar, tamizamos la harina pasándola por un tamiz o un colador de malla fina para eliminar los grumos.
A continuación, incorporamos la mantequilla cortada en dados.
Es muy importante que la mantequilla esté bien fría para que no se derrita rápidamente; por esta razón, también es recomendable meter las manos en agua fría antes de manipular los ingredientes.
Mezclamos la mantequilla con la harina utilizando las yemas de los dedos, removiéndola y estrujándola hasta obtener una mezcla en forma de finos grumos, con un aspecto similar al de unas migas de pan.
Añadimos 1 huevo ligeramente batido, la sal, el azúcar y 2 o 3 cucharadas de agua muy fría.
Removemos con las manos hasta integrar los ingredientes; mezclándolos prácticamente sin amasar, haciendo lo justo para unirlos y obtener una masa de aspecto homogéneo.
Finalmente, hacemos una bola con la masa, la envolvemos en papel film para que no se reseque y la metemos en la nevera durante 30 minutos como mínimo.
El secreto de la pasta quebrada es no trabajarla mucho, si la amasamos demasiado quedará dura. El aspecto debe ser el de una masa desigual.
Espolvoreamos harina sobre la superficie de trabajo y el rodillo para evitar que la masa se pegue.
Estiramos la masa con el rodillo en distintas direcciones, del centro hacia fuera, hasta obtener un disco del grosor deseado, aproximadamente de 3-4 mm.
Nota: Es recomendable sacar la masa de la nevera 10 minutos antes para que no esté muy dura y la podamos estirar fácilmente.
A continuación, enrollamos la masa en el rodillo con mucho cuidado y la desenrollamos sobre el molde. La amoldamos sin estirar, dejándola caer delicadamente para que prácticamente se ajuste sola.
Presionamos suavemente contra las paredes para que adquiera la forma del molde y recortamos el exceso de masa pasando el rodillo por el borde, como se muestra en la imagen.
La dejamos reposar 25-30 minutos en la nevera para que el gluten se relaje y se contraiga menos durante el horneado.
Nota: Si se rompe o agrieta, humedecemos la zona con agua y presionamos con los dedos para repararla, o utilizamos un pequeño trozo de masa a modo de parche.