- 1 kg de mejillones.
- 2 tomates rojos maduros grandes.
- 1/2 cebolla roja.
- 1 o 2 dientes de ajo.
- 100 ml de vino blanco (algo menos de 1/2 vaso).
- 1 o 2 cayenas, según se quieran de picantes.
- 1/2 cucharadita de pimentón dulce de La Vera.
- Cebollino fresco picado.
- Aceite de oliva, pimienta negra molida y sal.
Utiliza el picante que más te guste, seco o fresco.
Elaboración
Limpiamos los mejillones
Golpeamos con el borde plano del cuchillo (para no estropear el filo) los restos duros pegados a las conchas y recortamos los filamentos estropajosos (el biso).
Seguidamente, raspamos las conchas con un cuchillo viejo, un estropajo de aluminio, o un cepillo de cerdas duras para eliminar todo tipo de adherencias.
Finalmente, los enjuagamos con agua fría en un colador.
Nota: Tiramos los mejillones abiertos que no se cierren al darles unos golpecitos y aquellos que tengan la concha rota.
Pelamos los dientes de ajo y los picamos muy finitos, como se muestra en la imagen.
Pelamos la cebolla y la cortamos en daditos pequeños.
Lavamos los tomates y los trituramos con la batidora hasta obtener un puré.
A continuación, pasamos el tomate por un colador o un chino para eliminar las semillas y la piel.
Nota: Otra opción es rallar la pulpa de los tomates.
Ponemos 2 cucharadas de aceite a calentar en una sartén grande.
Cuando el aceite esté caliente, agregamos la cebolla y los ajos picados, y los rehogamos a fuego medio durante 4 o 5 minutos, removiendo con una cuchara de madera de vez en cuando.
A continuación, añadimos 1/2 cucharadita de pimentón, una pizca de pimienta negra molida, las cayenas y el tomate triturado.
Lo dejamos cocer a fuego lento entre 20 y 25 minutos, removiendo de vez en cuando.
Añadimos 100 ml de vino blanco, subimos el fuego y lo dejamos hervir un minuto para que se evapore el alcohol.
Seguidamente, incorporamos los mejillones, tapamos la sartén y lo dejamos cocer a fuego medio durante 3 minutos.
Esparcimos 1 cucharada de cebollino picado por encima de los mejillones y listo.
¡Buen provecho!
Nota: Tira los mejillones que no se hayan abierto tras la cocción.