- 2 lubinas de 1 kg aproximadamente.
- 2 melocotones.
- 1 cebolla pequeña.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- 1 ramita de romero fresco.
- 12 zanahorias pequeñas ('baby').
- Aceite de oliva virgen y sal.
Pide en la pescadería que limpien las lubinas y saquen los lomos.
Elaboración
Pelamos la cebolla y la cortamos en tiras finas.
Pelamos los melocotones, los partimos por la mitad, retiramos el hueso y los cortamos en dados.
Ponemos 2 cucharadas de aceite en una sartén a calentar a fuego suave. Echamos la cebolla y la cocinamos hasta que empiece a estar transparente, unos 5 o 6 minutos, removiendo de vez en cuando.
A continuación, añadimos el melocotón y lo rehogamos durante 5 minutos.
Incorporamos 1/2 vaso de vino blanco y 1 ramita de romero fresco y lo dejamos cocer 10 o 12 minutos a fuego suave.
Retiramos el romero y trituramos los ingredientes con una batidora hasta obtener una crema fina y homogénea.
Como acompañamiento haremos unas zanahorias 'baby' asadas.
Retiramos la piel con un pelador de verduras y las ponemos en una fuente apta para el horno.
Las rociamos con un chorrito de aceite y las metemos en el horno precalentado a 200 ºC.
Las asamos entre 20 y 25 minutos, hasta que estén tiernas y la superficie bien dorada, vigilando que no se quemen.
Lubina a la plancha
Sacamos el pescado de la nevera 1 hora antes de cocinarlo para que se encuentre a temperatura ambiente.
Cortamos los lomos en filetes de 6 o 7 cm de ancho.
Con un cuchillo muy bien afilado, realizamos unos cortes superficiales en la piel para que no se encojan al contacto con la sartén.
Los salpimentamos y los untamos bien de aceite de oliva, con un pincel o con las yemas de los dedos.
Los cocinamos en una plancha o una sartén a fuego medio-fuerte. En primer lugar, por el lado de la piel durante 2 o 3 minutos dependiendo del grosor, hasta que esté bien dorada y crujiente. Les damos la vuelta, bajamos un poco el fuego y los dejamos otros 2 minutos.
Nota: Si el pescado se pega por el lado de la piel, no lo fuerces para despegarlo, lo único que conseguirás es destrozarlo. En ese caso, hay que esperar a que termine de tostarse la piel, unos 2 o 3 minutos, entonces, se soltará solo y podrás darle la vuelta sin ningún problema.
Rehogar: Sofreír un alimento para que se impregne de la grasa y los ingredientes con que se condimenta.