- 500 g de champiñones.
- 3 dientes de ajo.
- 1 chalota.
- 1 cucharada de salsa Worcestershire (salsa perrins).
- 4 ramitas de tomillo fresco.
- 200 ml de aceite de oliva suave.
- 100 ml de caldo de pollo.
- 100 ml de vino blanco.
- 50 ml de vinagre de vino blanco (5 cucharadas).
- 1 hoja de laurel.
- Pimienta negra en grano y sal.
Si no encuentras chalotas utiliza 1/2 cebolla pequeña.
Elaboración
PASO 1
Limpiamos los champiñones con un paño húmedo para eliminar cualquier resto de tierra que puedan tener. Retiramos la parte inferior del tallo y los cortamos en láminas de 1/2 cm de grosor, como se muestra en la imagen.
Pelamos la chalota y la cortamos en trozos pequeños.
Pelamos los dientes de ajo y los cortamos en láminas finas.
PASO 2
Ponemos 2 cucharadas de aceite en una cazuela a calentar a fuego medio.
Echamos el ajo, la cebolla y 1/2 cucharadita de sal y los cocinamos hasta que la cebolla se vuelva transparente, unos 5 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
Añadimos el vino blanco, el vinagre, 10 granos de pimienta negra, 1 hoja de laurel y 4 ramitas de tomillo.
Lo cocemos a fuego medio-suave hasta que el líquido se haya reducido a la mitad, entre 6 y 10 minutos.
PASO 3
A continuación, incorporamos los champiñones, el aceite, el caldo de pollo y 1 cucharada de salsa perrins.
Lo dejamos cocer a fuego suave durante 15 minutos.
Apagamos el fuego, tapamos la cazuela y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente, unos 20-25 minutos.
Cuando se haya enfriado completamente, lo pasamos a un tarro hermético y lo conservamos en la nevera hasta una semana.
Nota: El sabor mejora pasados 2 o 3 días.
Yo preparo este escabeche con menos vinagre del que suele ser habitual en estas elaboraciones, así se reduce la acidez y su sabor será más suave y agradable, pero esto también reduce el tiempo de conservación, por lo que es recomendable consumirlo en los 4 o 5 días siguientes. Si quieres conservarlo más tiempo, en lugar de 50 ml de vinagre añade 100 ml.