- 600 g de champiñones.
- 4 dientes de ajo.
- Un chorrito de brandy.
- 1 chile rojo fresco o 2 cayenas.
- 1 ramita de romero fresco (opcional).
- Perejil fresco.
- Aceite de oliva, pimienta negra y sal.
Elaboración
Retiramos el tallo de los champiñones cortándolo con un cuchillo, como se muestra en la imagen.
Los limpiamos con un paño húmedo para eliminar cualquier resto de tierra que puedan tener.
Por último, los cortamos en 4 o 6 trozos.
Salteamos los champiñones en una sartén con un chorrito de aceite a fuego vivo, 1 o 2 minutos, hasta que la superficie esté bien dorada.
Los retiramos de la sartén y reservamos.
Pelamos los dientes de ajo y los picamos muy finito, como se muestra en la imagen.
Quitamos las semillas y venas al chile para que no resulte tan picante y lo cortamos en rodajas finas.
Seguidamente, rehogamos el ajo con el chile en una sartén con 3 cucharadas de aceite hasta dorarlo ligeramente, a fuego medio-suave durante 2 o 3 minutos, vigilando que no llegue a tostarse.
Incorporamos los champiñones, 1/2 cucharadita de romero fresco finamente picado, un chorrito de brandy y una pizca de sal.
Los cocinamos a fuego suave durante 10 o 12 minutos.
En el último momento, añadimos 1 cucharadita de perejil fresco finamente picado, una pizca de pimienta negra molida y ponemos el punto de sal a nuestro gusto.
¡Buen provecho!
Cuatro cosas a tener en cuenta para cocinar unos champiñones deliciosos:
1. No empapar los champiñones al lavarlos. La mejor opción es limpiarlos con un paño húmedo; aunque como los champiñones no absorben tanta agua como otras setas, si se tiene prisa se pueden lavar bajo un chorro de agua fría, dentro de un colador, intentando que se mojen lo menos posible.
2. Añadir la sal en el último momento. Un exceso de sal provoca que los champiñones suelten su agua en la sartén, por lo que terminarán cociéndose en lugar de sofreírse en el aceite.
3. No quemar el ajo. El aceite no debe estar a una temperatura excesivamente alta al añadir el ajo. Debemos dorarlo ligeramente a fuego medio-suave, vigilando que no llegue a tostarse o quemarse porque su sabor se volverá desagradable y amargo.
4. Saltear los champiñones. Esto es opcional, pero con un salteado a fuego vivo al principio, damos a los champiñones un toque tostado que mejora su sabor.