- 600 g de carne picada, mezcla de 400 g de carne de ternera y 200 g de carne de cerdo.
- 20 g de miga de pan o una rebanada de pan de molde sin la corteza.
- 1 huevo.
- 4 o 5 cucharadas de harina.
- 6 cucharadas de leche.
- 1 cebolla mediana.
- 3 dientes de ajo.
- 1/2 kg de tomate natural triturado en conserva.
- 3 lonchas de algún queso que funda bien: mozzarella, gruyer, cheddar o algún manchego poco curado.
- 1/2 cucharadita de romero fresco finamente picado.
- 1 cucharada rasa de perejil fresco picado.
- Aceite, pimienta negra molida y sal.
Aunque he preparado las albóndigas partiendo de cero, esta es una receta perfecta para aprovechar unas albóndigas que nos hayan sobrado, solo hay que cortarlas por la mitad, ponerlas en un recipiente con su propia salsa o una salsa de tomate, colocar encima unas lonchas de un queso que funda bien y gratinarlas en el horno.
Elaboración
PASO 1
Lavamos el perejil, lo secamos bien con un papel absorbente de cocina y arrancamos las hojas. Desechamos los tallos y lo picamos muy finito, como se muestra en la imagen.
Pelamos 2 dientes de ajo y los picamos muy finito o lo rallamos.
Si mezclásemos el ajo directamente con la carne, una vez cocinadas las albóndigas seguiría ligeramente crudo en su interior, dando un sabor muy fuerte. Para suavizarlo y que resulte más agradable, lo rehogamos previamente a fuego suave, solo unos 15 o 20 segundos, sin que llegue a tomar color.
A continuación, escurrimos bien el aceite.
PASO 2
Empapamos la miga de pan en 5 o 6 cucharadas de leche.
La dejamos reposar unos minutos y la escurrimos estrujándola con la mano.
A continuación, ponemos la carne en un cuenco amplio, añadimos la miga de pan desmenuzada, el ajo, el perejil y 1 huevo.
Salpimentamos y removemos con las manos hasta obtener una mezcla homogénea.
Nota: La finalidad de incorporar miga de pan a la carne es conseguir unas albóndigas más esponjosas. He utilizado una rebanada de pan de molde sin corteza, pero sirve cualquier tipo de miga.
PASO 3
Hacemos bolas con la carne picada dando forma con las manos, e intentando que todas tengan el mismo tamaño.
PASO 4
Ponemos 4 cucharadas de harina en un plato y rebozamos las albóndigas cubriéndolas bien por todas partes.
Las sacudimos para eliminar el exceso de harina.
PASO 5
Ponemos a calentar una sartén con suficiente aceite para freír a fuego medio-fuerte.
Cuando el aceite esté bien caliente, freímos las albóndigas hasta que estén bien doraditas, unos 4 o 5 minutos.
A continuación, las escurrimos sobre un papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de aceite.
Las reservamos.
PASO 6
Pelamos la cebolla y un diente de ajo.
Los picamos finamente como se muestra en la imagen.
PASO 7
Rehogamos el ajo y la cebolla en una sartén con 3 cucharadas de aceite de oliva, entre 6 y 8 minutos a fuego medio, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
Cuando la cebolla esté tierna y ligeramente dorada, añadimos el tomate, 1/2 cucharadita de romero fresco finamente picado, una pizca de pimienta negra molida y sal al gusto.
Dejamos que se cocine a fuego medio de 12 a 15 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta obtener una salsa espesa de color rojo intenso.
PASO 8
Cortamos las albóndigas por la mitad y las colocamos en la sartén con la salsa de tomate.
Ponemos encima unas lonchas finas de queso.
Metemos la sartén en el horno, precalentado a 200 ºC, durante 10-12 minutos, hasta que la superficie esté bien gratinada.
Nota: Si lo preparas con unas albóndigas ya cocinadas, calienta la salsa antes de meterlas en el horno y con la función gratinador, tenlas el tiempo justo para gratinar el queso, aproximadamente 4-5 minutos.
Nota: He utilizado una sartén apta para el horno, si no dispones de una, pasa la salsa a un recipiente refractario para hornear las albóndigas.