Lechuga
La lechuga es, sin duda, la reina de las ensaladas. Existen muchas variedades con una amplia gama de colores, texturas y sabores. No voy a exponer en detalle las características de cada una de ellas, sólo mencionar aquellas que se encuentran habitualmente en los mercados. A grandes rasgos se distinguen tres tipos de lechuga: redonda, romana y de hojas sueltas.
Escarola y endibia
Dos verduras muy útiles para preparar ensaladas, son muy decorativas y aportan un ligero sabor amargo.
Lechugas redondas: de forma parecida a la col o repollo, las variedades más comunes son trocadero, iceberg y batavia.
Lechuga romana: de hojas alargadas y nervio ancho, se conoce también como lechuga de cos.
Lechuga de hojas sueltas: destaca la variedad lollo rosso, de origen italiano.
Lechuga romana
De hojas verdes largas, con un nervio central muy robusto. Presenta una textura firme y tierna, con un ligero sabor a nuez.
Lechuga icerberg
Con forma de repollo, sus hojas son grandes y redondas. Su textura es muy crujiente y tiene un sabor muy suave, lo que la convierte en una lechuga ideal para su uso en guarniciones.
Lechuga batavia
De hojas rizadas, redondeadas y crujientes. Es tierna y sabrosa.
Lechuga hoja de roble
De hoja rizada y crujiente, sus tonos rojizos y violetas darán un aspecto impresionante a nuestras ensaladas.
Endibia
La endibia tiene unas hojas jugosas y crujientes, con un ligero sabor amargo.
Puede utilizarse fresca o cocinarse.
Escarola
Existen dos tipos que se diferencian por la forma de sus hojas, la escarola rizada, parecida a una fregona, de hojas verdes encrespadas (en la imagen), y la escarola lisa, parecida a la lechuga, de hojas anchas y con los bordes ligeramente dentados.
Además, en nuestros mercados podemos encontrar la variedad de lechuga trocadero, similar a la iceberg, de textura más suave, no crujiente y la variedad lollo rosso, una lechuga rizada, rojiza, con un ligero sabor amargo.
Preparar la lechuga
Podemos elaborar nuestras ensaladas con un único tipo de lechugas, o mezclar varias para obtener diferentes texturas, sabores y colores.
En primer lugar, separamos las hojas del tallo y descartamos aquellas que no tengan buen aspecto.
Lavamos las hojas con abundante agua para eliminar los restos de tierra e insectos.
A continuación, las ponemos sobre un paño de cocina y las secamos con cuidado. Es importante secarlas bien para no obtener una desagradable ensalada aguada.
Para secar la lechuga, también se puede utilizar una centrifugadora como la que se muestra en la imagen, se obtiene un buen resultado y es más rápido y cómodo.
Finalmente, cortamos las hojas en trozos, con un cuchillo o desmenuzándolas con las manos.
Otras hojas para ensaladas
Canónigos, berros y rúcula.
Para romper la monotonía de nuestras ensaladas disponemos de otras hojas, como los canónigos, el berro y la rúcula, verduras que encontramos fácilmente en los mercados y que se pueden combinar con las hojas de lechuga.
Hierbas aromáticas
El uso de hierbas frescas en las ensaladas, como el perejil, el cilantro, la albahaca o la menta, es ideal para aportar aromas y sabores.
Algunas verduras frescas
También podemos utilizar verduras como las espinacas, acelgas, o lombarda, que aunque tradicionalmente se cocinan, pueden consumirse frescas en nuestras ensaladas.
Canónigos
Hojas verdes, tiernas y suaves, con un ligero sabor a nuez.
Rúcula
Hojas de sabor muy intenso, ligeramente picante y algo amargo. Es una planta muy utilizada en platos italianos, pizzas, pasta, carpaccios, etc.
Berro
Tienen un sabor muy característico, una pequeña cantidad de berros será suficiente para cambiar el sabor de una ensalada. Sus hojas son ligeramente picantes.
Albahaca
Una hierba aromática muy utilizada en Italia, es muy conocida por ser el ingrediente principal del pesto.
Espinacas
Frescas, aportan un gran sabor a nuestras ensaladas. Ideales para combinar con hojas de lechuga.
Lombarda
Aportará a nuestras ensaladas un bonito color morado y una textura crujiente. Se suele cortar en tiras muy finas cuando se consume fresca.