- 1 kg de mejillones.
- 2 dientes de ajo.
- El zumo de 1/2 limón.
- 2 ramitas de perejil.
- Un chorrito de vino blanco (opcional).
- Aceite de oliva.
Elaboración
Limpiamos los mejillones
Golpeamos con el borde plano del cuchillo (para no estropear el filo) los restos duros pegados a las conchas y recortamos los filamentos estropajosos (el biso).
Seguidamente, raspamos las conchas con un cuchillo viejo, un estropajo de aluminio, o un cepillo de cerdas duras para eliminar todo tipo de adherencias.
Finalmente, los enjuagamos con agua fría en un colador.
Nota: Tiramos los mejillones abiertos que no se cierren al darles unos golpecitos y aquellos que tengan la concha rota.
Damos un golpe a los dientes de ajo para romper la piel y los ponemos en una olla ancha y alta con un chorrito de aceite.
Añadimos una ramita de perejil y lo calentamos a fuego medio-vivo.
En cuanto el aceite comience a chisporrotear, añadimos un chorrito de vino blanco y lo dejamos hervir unos segundos.
Seguidamente, introducimos los mejillones, tapamos la olla y los dejamos cocer durante 3 minutos.
Nota: Tira los mejillones que no se hayan abierto tras la cocción.
Por último, pasamos el agua que hayan soltado los mejillones por un colador de malla fina o una estameña.
Añadimos el zumo de 1/2 limón y servimos los mejillones en un recipiente hondo con parte de este caldo.
Para obtener un caldo muy limpio y fino lo he colado con un filtro de cafetera de nailon. Las estameñas de malla de fibras plásticas son caras y las de tela poco higiénicas, por lo que ésta es una opción ideal.