- 600-700 g de almejas.
- 125 ml de vino blanco (1/2 vaso).
- 2 ó 3 dientes de ajo.
- 1/2 cucharadita de harina.
- Perejil.
- Aceite y sal.
Elaboración
Limpiamos las almejas
Aunque las almejas se venden depuradas y generalmente bastante limpias, es recomendable tenerlas un tiempo sumergidas en agua salada para asegurarnos de que no contengan ningún resto de arena.
En primer lugar, tiramos las almejas que tengan las conchas rotas o no se cierren al tocarlas.
A continuación, las ponemos en un recipiente con agua fría y sal, aproximadamente 2 cucharadas por litro, durante 30 minutos como mínimo, y hasta 2 horas si están muy sucias, de esta forma soltarán toda la arenilla e impurezas que aún puedan contener en su interior.
Nota: Algunas almejas se venden completamente limpias, sin nada de arena, pregunta a tu pescadero y si es el caso, simplemente enjuágalas y listo.
Picamos el perejil
Lavamos el perejil con agua fría y lo secamos bien con un paño. Arrancamos las hojas y tiramos los tallos.
Hacemos un montoncito con las hojas y las cortamos moviendo el cuchillo rápidamente hacia atrás y hacia delante.
Repetimos esta operación en distintas direcciones hasta dejarlo bien picado.
Picamos el ajo
Pelamos los ajos y los picamos en trozos muy pequeños.
Ponemos 2 cucharadas de aceite en una sartén a calentar a fuego suave.
Incorporamos los dientes de ajo picados y parte del perejil, reservando el resto para añadirlo en el último momento.
Antes de que empiecen a dorarse los ajos, agregamos 1/2 cucharadita de harina para espesar la salsa y la rehogamos brevemente para que pierda el sabor crudo.
Nota: no dejes que el ajo llegue a tomar color.
A continuación, añadimos 1/2 vaso de vino blanco, y lo dejamos cocer un minuto para que se evapore el alcohol.
Por último incorporamos las almejas, tapamos la sartén y las tenemos a fuego medio hasta que se abran, 3 ó 4 minutos.
En el último momento añadimos el resto del perejil a la salsa.
El exceso de cocción estropea la textura y sabor de las almejas, para evitarlo, iremos retirando de la sartén las que se abran primero. Cuando se hayan abierto todas, las volvemos a poner en la salsa unos segundos para servirlas calientes.
Nota: si alguna almeja no se abre, deséchala.
Rehogar: Sofreír un alimento para que se impregne de la grasa y los ingredientes con que se condimenta.