- 1 kg de carne de cordero picada (de la pierna).
- 700 g de patatas de alguna variedad apropiada para purés, por ejemplo, Kennebec.
- 100 g de mantequilla.
- 120 ml de leche entera.
- 70-80 g de queso parmesano o del que más te guste para gratinar.
- 1 cebolla.
- 2 zanahorias.
- 1 ramita de apio sin las hojas.
- 2 tomates.
- 2 dientes de ajo.
- 1 ramita de romero fresco.
- 2 ramitas de tomillo fresco.
- 1 cucharadita de orégano.
- 1 cucharadita de salsa Worcestershire.
- 100 ml de vino blanco (algo menos de 1/2 vaso).
- 1/2 vaso de caldo de carne (opcional).
- Pimienta negra molida.
- Aceite de oliva y sal.
Si en tu carnicería no pican carne de cordero, puedes picarla a mano como explico en la receta, en ese caso, pide la pierna de cordero deshuesada. Otra opción es utilizar ternera.
Elaboración
PASO 1
Lavamos las patatas y las ponemos en una cazuela con su piel, completamente cubiertas de agua fría con 1 cucharadita de sal.
Las cocemos a fuego medio-vivo, manteniendo un hervor continuado, hasta que estén tiernas.
El tiempo de cocción dependerá de la variedad y tamaño de las patatas. Las de tamaño medio estarán cocidas en unos 25 minutos desde el momento en que comience a hervir el agua, mientras que las más grandes podrían requerir hasta 35 o 40 minutos. En cualquier caso, para saber si están bien cocidas, lo mejor es pincharlas con la punta de un cuchillo fino o un palillo, y si entra fácilmente hasta el centro, sin hacer nada de fuerza, estarán en el punto perfecto, de lo contrario, las dejaríamos cocer unos minutos más.
PASO 2
Las escurrimos bien, las pelamos y las pasamos por un pasapurés.
Nota: Si no dispones de un pasapurés, puedes triturarlas con un machacador de patatas o pasarlas por un rallador.
PASO 3
Antes de que las patatas se enfríen, añadimos la mantequilla fría cortada en dados y removemos hasta conseguir una mezcla homogénea de textura fina y sedosa.
A continuación, añadimos la leche caliente poco a poco sin dejar de remover.
Por último, incorporamos una pizca de pimienta negra molida y sal al gusto.
Ver en detalle el puré de patatas.
PASO 1
Picamos la carne de cordero con un cuchillo bien afilado.
En primer lugar, la cortamos en tiras muy finas. Seguidamente, juntamos unas cuantas tiras y las cortamos en daditos muy pequeños, como se muestra en la imagen.
Por último, pasamos el cuchillo en diferentes direcciones hasta que la carne esté bien picada.
PASO 2
Raspamos la piel de las zanahorias con un cuchillo o la retiramos con un pelador de verduras. Las enjuagamos y las cortamos en dados pequeños.
Pelamos los tomates, retiramos las semillas y los cortamos en dados.
Lavamos la rama de apio, le quitamos las hebras y la picamos muy finito.
Pelamos la cebolla y los dientes de ajo y los picamos muy finitos, como se muestra en la imagen.
PASO 3
Ponemos 3 cucharadas de aceite en una sartén grande a calentar a fuego suave.
En primer lugar, rehogamos el ajo y la cebolla durante 2 o 3 minutos. Seguidamente, añadimos el apio y la zanahoria y seguimos cocinando las verduras otros 6 o 7 minutos, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
A continuación, incorporamos la carne y la rehogamos a fuego suave hasta dorarla ligeramente, 2 o 3 minutos aproximadamente.
PASO 4
Añadimos los dados de tomate, las hojas de romero picadas finamente, las hojas de tomillo sin las ramas, 1 cucharadita de orégano, una pizca de pimienta negra molida y sal al gusto.
Lo cocinamos 1 o 2 minutos más sin dejar de remover y agregamos el vino blanco, 1 cucharadita de salsa Worcestershire (Perrins) y opcionalmente el caldo de carne.
Lo dejamos cocer a fuego lento 10-12 minutos, hasta que el líquido prácticamente se haya consumido.
PASO 1
Pasamos el guiso de cordero a una fuente apta para el horno.
Lo cubrimos con el puré de patatas y espolvoreamos el queso parmesano por encima.
PASO 2
Metemos la fuente en el horno, precalentado a 180 ºC, entre 15 y 20 minutos, hasta que la superficie esté bien gratinada.
¡Buen provecho!
Rehogar: Sofreír un alimento para que se impregne de la grasa y los ingredientes con que se condimenta.